
Los métodos anticonceptivos para mujeres están ampliamente radicados en la sociedad. Píldoras, inyecciones e intervenciones quirúrgicas se usan de forma transversal en el género femenino.
Pese a ello, la cantidad de hombres que asume la responsabilidad de controlar la fecundación ha aumentado sostenidamente durante los últimos años en nuestro país.