
Un investigador chino que provocó una mejora de la función cognitiva en monos mediante la implantación de genes humanos en sus cerebros defendió su experimento, el que ha dividido a la comunidad científica.
La investigación, emprendida por múltiples universidades y liderada por el Instituto de Zoología de Kunming en el suroeste de China, tenía la intención de arrojar más luz sobre el proceso evolutivo que condujo a la inteligencia humana.