
La industria del calzado nacional vivió una dramática disminución en las últimas décadas: pasó de fabricar 35,7 millones de pares a sólo 5 millones desde 1991, según datos de la Cámara de Industriales de Cuero, Calzado y Afines (Fedeccal).
Los recientes cierres de las fábricas de Albano (2018), Gacel (2011) y Guante (2019) no pasaron inadvertidos. El mercado digital y las importaciones dejaron atrás un rubro que parecía ser sólido y un oficio que hoy se siente en las cifras de desempleo.