Un nuevo estudio dice que los tomates pierden sabor en el refrigerador porque sus genes se enfriaron. Y ahora ese descubrimiento podría ayudar a los científicos a resolver el problema.
Enfriar los tomates a menos de 12 °C puede frenar la creación de sustancias que le aportan sabor, de acuerdo con investigadores que excavaron en las raíces genéticas del problema.
Eso quita sabor a la fruta, no importa si sucede en el congelador de la casa o en el almacén frío antes de que el producto llegue a los anaqueles de la tienda, dicen los científicos.