Según el último informe realizado por el Poder Judicial, los reclusos viven en condiciones que atentan contra la dignidad humana, y la situación no sería muy distinta para los funcionarios de Gendarmería.
SANTIAGO.- Durmiendo prácticamente casi apilados, con presencia de chinches y otros parásitos, comiendo con la mano y haciendo sus necesidades en un “baño turco” en un espacio de ocho metros cuadrados donde habitan 14 personas: así viven los privados de libertad en las cárceles de la Región Metropolitana.